Pablo Pérez Cofré, Cirujano Dentista y Especialista en Rehabilitación Oral de la Universidad del Desarrollo en Concepción. Con más de 15 años de trayectoria en el Servicio de Salud Ñuble, actualmente es Presidente del Colegio de Cirujanos Dentistas de la misma región y encargado del Programa de Somatoprótesis. Además ejerce en Penta Instituto de Especialidades Odontológicas.
Su vocación de servicio quedó clara desde sus primeros años en el sistema público. Tras el terremoto de 2010 llegó a la comuna El Carmen, en la zona rural de Chillán, donde atendió a pacientes en un módulo provisorio de JUNAEB. Luego se integró al hospital local y más tarde trabajó en Bulnes, experiencia que le permitió constatar la importancia de entregar atención especializada en hospitales comunitarios. “La idea es acercar la salud a los pacientes que viven muy lejos. En Ñuble la ruralidad es un tema serio: hay personas que no pueden trasladarse fácilmente a la ciudad y poder brindarles atención especializada en su propio territorio es una gran satisfacción”, afirma.
El año 2021 pasó por varias situaciones familiares que marcaron un antes y un después en su vida, producto de esto decide enfocar su ejercicio profesional en ayudar a otras personas. Así, estudió diversos diplomados para lograr este objetivo; prótesis maxilofacial en la Universidad de Chile, continuó con implantología en la Universidad San Sebastián y más tarde con odontología deportiva en la UDD. Hoy, además, cursa el Máster Maxilofacial Prosthetic Rehabilitation en King’s College de Londres, que incluyó una pasantía práctica en India.
Convencido de que la salud bucal es clave para la calidad de vida, subraya que su trabajo va más allá de lo funcional: “La pérdida de piezas dentales o faciales no es solo un tema funcional, también afecta la autoestima y la salud mental. Cuando un paciente recibe una prótesis y se mira al espejo, cambia su personalidad, recupera confianza y dignidad. Eso no tiene precio”.
“Cuando un paciente recibe una prótesis y se mira al espejo, cambia su personalidad, recupera confianza y dignidad. Eso no tiene precio”.
Actualmente en Chile solo existen nueve especialistas reconocidos en somatoprótesis, y Pablo espera sumarse pronto a ese selecto grupo. “Sería un honor convertirme en el primer odontólogo formado en la UDD que obtiene esta especialización, ya que es un campo nuevo. La Somatoprótesis genera un impacto enorme en la vida de los pacientes”.
Su compromiso con la salud pública lo ha llevado incluso a costear materiales de calidad para sus pacientes cuando los recursos no alcanzan. “Trabajar en el servicio público es servir al público. Cuando tienes una conciencia social real, lo haces con gusto”, sostiene.
Aunque reconoce que lo más difícil ha sido la burocracia y el costo familiar —largas horas de estudio, noches enteras de dedicación y poco tiempo en casa—, asegura que todo se compensa al ver los resultados en sus pacientes.
Su carrera combina excelencia académica, innovación clínica y, sobre todo, un profundo compromiso social. Es la tercera generación de dentistas en su familia, creció rodeado de historias y ejemplos de servicio. Aunque en su juventud pensó en estudiar arquitectura —atraído por el diseño y la estética— finalmente decidió seguir el camino de la odontología, formándose en la Universidad del Desarrollo, donde más tarde también cursó un postgrado en Odontología Deportiva.
“La UDD me entregó todas las herramientas necesarias. Depende de cada uno aprovecharlas al máximo”, menciona.
Entre sus mayores influencias menciona a docentes que marcaron su vida profesional, como Ángel Muñoz, Carlos Cáceres, actual director del programa y su padre Samuel Pérez Baeza Cirujano Dentista especialista en Odontopediatría. “Fueron grandes maestros, muy inspiradores, que me motivaron a seguir creciendo y a aportar a la formación de otros”, señala. Hoy retribuye esa experiencia como profesor invitado en el postgrado de Rehabilitación Oral de la UDD, donde enseña Somatoprótesis, subespecialidad que diseña y fabrica prótesis externas para restaurar partes perdidas del rostro y la cabeza. Esta subespecialidad es reconocida por la Corporación Nacional Autónoma de Certificaciones Odontológicas (CONACEO). Su sueño es consolidar esta disciplina en Chile y formar a nuevos especialistas. “Este proyecto es mi forma de devolver la mano a la vida y al servicio público. Me motiva pensar que con lo que hago puedo mejorar la vida de muchas personas”.
Pablo deja un consejo claro a las nuevas generaciones: “Estudien algo que les guste. Aprovechen su tiempo, trabajen con dedicación y dejen huella en este mundo. Nada de lo que he logrado ha sido suerte, todo me lo he ganado con mucho esfuerzo”.
Entrevista: Realizada por Periodista Verónica Cid Albornoz
Edición: Alumni UDD
Fotografías: Enviadas por el entrevistado