Angella Viterbo Porras, Arquitecta de la Universidad del Desarrollo, fundadora de “Angella Viterbo Arquitectura” y “La Quincha Design”.
Cuando llevaba tres años de carrera una propuesta irresistible se cruzó por su camino, le ofrecieron trabajar en la Expo Lisboa 1998 en el pabellón de Chile. Sin pensarlo mucho decidió tomarse una pausa con los estudios y exprimir la oportunidad, la que sin dudas fue una experiencia tremendamente enriquecedora. Dentro de lo destacable fue colaborar con los arquitectos del pabellón de Chile Borja Huidobro y Roberto Benavente. Fascinada con el viejo continente, decidió quedarse dos años más, viajando y participando posteriormente en seminarios en Barcelona y viviendo en el Prepirineo Catalán. Allí conectó con la arquitectura local y con la naturaleza, un input esencial para su aprendizaje como arquitecto.
Angella considera que esta experiencia, junto con su paso por las oficinas en las que trabajó antes de independizarse, fueron verdaderos doctorados para su oficio.
A su regreso a Chile, retomó sus estudios universitarios, y una vez titulada formó equipo con un grupo de jóvenes arquitectos de la Universidad de Chile con quienes participó en diversos concursos de arquitectura a nivel nacional obteniendo muy buenos resultados; primer lugar y menciones honrosas en algunos de ellos.
Su vida laboral partió con la construcción de viviendas sociales en Tiltil, en la región metropolitana, donde estuvo a cargo de las obras y aprendió a hacer de todo. Luego de un sorpresivo e inesperado giro, siguió trabajando en el mundo de la arquitectura interior y la decoración en Enrique Concha B., una firma reconocida por su sofisticación, buen gusto y sensibilidad. “Fui afortunada, conocí las dos caras de la moneda y terminé aprendiendo cómo se desarrolla la arquitectura de vanguardia en mercados de lujo donde pude aplicar mi creatividad y poner en práctica mis estudios de la facultad”.
Su pasión por la arquitectura la llevó posteriormente a integrarse a la oficina de Jorge Figueroa E., a quien considera un maestro. “Una oficina de mucho rigor y, al mismo tiempo, un ambiente grato y horizontal”. Nos comenta que ahí aprendió a identificar lo que buscaban los clientes exigentes, a desarrollar un proyecto en todas sus etapas con una arquitectura y desarrollo técnico de alto nivel. Fue una experiencia intensa que la marcó profundamente. Aprendió del valor y elegancia de los materiales. “Lo que prima no es lo sobre-diseñado, sino una arquitectura minimalista y contemporánea que resuelve, aporta y celebra la vida”.
Luego trabajó junto a un destacado iluminador argentino y comenzó una nueva etapa. Estudió iluminación y se independizó. Fundó su propio estudio de arquitectura y diseño, enfocado en proyectos residenciales y corporativos. “Todo lo que aprendí en mis trabajos anteriores lo puse al servicio de este estudio que hoy lleva mi nombre”. Con visión de mercado, creó La QUINCHA DESIGN empresa que diseña y construye quinchos, en la que integró todo lo que le apasiona, la arquitectura, la iluminación y la naturaleza. “Desarrollé un producto atractivo con muy buena recepción en el segmento condominios que llamé La Quincha House Pack. Enfocado para las casas en condominios —que usualmente se entregan bastante ‘en pañales’— y que requieren desde pavimentar el estacionamiento, construir la logia, terrazas, quinchos, piscinas, paisajismo y riego”.
Con la pandemia se trasladó a la sexta región, y como parte de este desarrollo, continúo creciendo como arquitecto diseñador, desarrollando proyectos de segunda vivienda en Puertecillo y Matanzas, donde hoy tiene algunas casas construidas y otros proyectos en desarrollo.
Define su trabajo como una solución de diseño pensada completamente en mejorar la calidad de vida de las personas, con un profundo interés por la armonía, la eficiencia y funcionalidad. Le interesa mucho lo que anhelan sus clientes. Los interpreta, incluso aunque no lo expresen con palabras. Una vez teniendo las coordenadas, se enfoca con una visión de síntesis innovadora y contemporánea. Busca hacer tangibles sus deseos y superar expectativas. “Me siento como una arquitecta de la luz, es uno de mis grandes elementos del diseño, la esencia de la vida. Eso es lo que caracteriza mi arquitectura, junto con una fuerte conexión y respeto por el entorno, en la que las formas exteriores son la consecuencia de las soluciones interiores, de las formas de habitar que cada proyecto entrega”. Con este concepto da una solución biométrica, espacial y estructural, porque logra sintetizar y entregar lo que se busca.
Hoy vive en Concepción, donde ha comenzado a especializarse con un material que identifica a la región: la madera. “Somos la capital regional de la madera y eso comenzó a tener mucho sentido para mí”. Nos comenta que vio el enorme potencial que tiene como material sostenible y eficiente. En la Octava Región están las grandes empresas madereras de Chile; Arauco y CMPC, que han comenzado a desarrollar productos similares a los utilizados en países nórdicos, donde ya se construyen edificios y ciudades enteras en madera.
La empresa Hilam (Alto Laminado), filial de Forestal Arauco, la invitó a participar en su nueva página web como arquitecta diseñadora y desarrolladora de proyectos con sus maderas de alta tecnología dando a conocer sus proyectos. “Mi objetivo a futuro es consolidarme como una arquitecta que trabaja con tecnologías de vanguardia y que es capaz de desarrollar proyectos innovadores en madera desde esta zona para el mundo”.
Angella recuerda con especial cariño su paso por la Universidad del Desarrollo. “Fue un privilegio haber estudiado ahí”. Nos comenta que, siendo una Universidad de región en esos tiempos, estaba muy actualizada, no solo con Santiago sino con el mundo. En una época en que apenas existía internet, constantemente invitaban a distinguidos arquitectos, desde algunos consagrados como Carme Pinós, una arquitecta catalana, y Teodoro González de León, gran arquitecto mexicano, hasta un emergente Matías Klotz.
La biblioteca era espectacular. La Universidad invertía en suscripciones a revistas de arquitectura más actuales del mundo, y eso los mantenía al día con todo lo que estaba ocurriendo en el planeta. “Los profesores eran muy reconocidos, con una fructífera vida profesional, venían desde Santiago a cada taller. Todos verdaderos maestros de la arquitectura chilena. Fue maravilloso. Nos entregaron una visión de la arquitectura con mucha energía y profesionalismo. Personas talentosas, exigentes y comprometidas. Para mí, la universidad fue perfecta”.
Hoy, ya instalada en Concepción hace poco estuvo con Pablo Allard, decano de la Facultad de Arquitectura. Ha asistido a charlas y seminarios, especialmente atraída por la particular identidad sur sur, retomado el vínculo con su alma mater.
Entrevista: Realizada por Periodista Verónica Cid Albornoz
Edición: Alumni UDD
Fotografías: Enviadas por la Entrevistada