Gonzalo Cartes Cartes, enfermero de la Universidad del Desarrollo. Perfusionista en el Hospital Regional de Concepción y especialista en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Gonzalo recuerda con mucho cariño lo que él llamaba su «familia universitaria». Nos comenta que se juntaban en la biblioteca con sus compañeros, y que participó en voluntariados. La considera una etapa muy especial. Además de ser presidente del Centro de Alumnos, Gonzalo se involucró en muchas actividades. “Me gustaba participar en todo lo que podía. Ser el nexo entre los alumnos y los docentes era algo que me motivaba mucho. Me encantaba la vida universitaria». Su activa participación en la Universidad le abrió las puertas para obtener una beca de la entonces Dirección de Relaciones Internacionales (DRI), hoy Globalización UDD. “Estar tan inmerso en la Universidad me permitió acceder a esta gran oportunidad. En mi último semestre, viajé a España por seis meses para trabajar en el Hospital Universitario de Donostia, en San Sebastián”.
Gonzalo tenía una meta clara, conocer cómo funcionaba la salud pública en otros lugares del mundo. Durante su tiempo en el País Vasco, descubrió las diferentes especialidades de la enfermería y tuvo la fortuna de conocer a una enfermera “perfusionista”. “Nunca había oído hablar de la perfusión cardiáca, y me sorprendió mucho. Es una especialidad muy autónoma: eres tú y la máquina, y eres el responsable de controlar al paciente durante la cirugía. Era algo totalmente distinto a lo que había conocido antes”. concluye Gonzalo. Al regresar a Chile, tenía claro que quería estudiar esta especialización. Sin embargo, se topó con un obstáculo importante: en Chile, solo la Universidad Católica la imparte, y cada año ofrece apenas dos cupos, exclusivamente para profesionales recomendados por un centro hospitalario. “Fue un poco frustrante porque era muy poco accesible”.
Durante su tiempo en el extranjero, había disfrutado trabajar en pabellón, lo que lo llevó a especializarse en el cuidado intensivo de adultos en la Universidad de Concepción. Esta formación lo acercó más a la cirugía cardíaca y la perfusión. Su pasantía en el Hospital Regional de Concepción, donde pasó un mes en pabellón, le permitió conocer mejor al equipo quirúrgico y entender el rol de cada uno. Un día, el jefe de perfusión se le acercó y le ofreció una oportunidad: realizar una beca hospitalaria en esta especialidad, ya que una colega del área estaba por renunciar y necesitaban formar a alguien en esta especialización. “Gracias a mi perfil y a los buenos comentarios que tenían de mí, me eligieron y me brindaron esta oportunidad”.
La perfusión surgió como una especialización para asistir a los médicos anestesistas, quienes no solo administraban la anestesia, sino que también debían operar la máquina de circulación extracorpórea (Heart-Lung Machine). Esta máquina reemplaza temporalmente las funciones del corazón y los pulmones durante cirugías, oxigenando y enviando sangre a los órganos vitales. Inicialmente, los ingenieros que desarrollaron estas máquinas las manejaban, lo que abrió la especialidad para enfermería.
Aunque en Chile la especialización en perfusión aún no cuenta con acreditación por el Ministerio de Salud en Chile, está reconocida en países como Estados Unidos, México, Brasil y Colombia, y sigue expandiéndose. “Actualmente en Concepción hacemos perfusión solo para cirugías cardíacas, pero pronto la aplicaremos en cirugías pulmonares. En otras partes del mundo, se realiza perfusión en cirugías complejas de hígado, digestivo, aorta, tórax, corazón, e incluso cerebro”, explica.
Gonzalo explica que su trabajo es una colaboración constante entre cirujano, anestesista y perfusionista. “Es fundamental mantener buena comunicación en el quirófano, usando un lenguaje específico. Por ejemplo, cuando decimos ‘Bomba arriba’, indicamos que el paciente ya está siendo asistido por la máquina de circulación extracorpórea”.
“Trato de ser yo mismo, con respeto hacia los pacientes y mis colegas. El profesionalismo es fundamental en este trabajo: se necesita concentración, atención al detalle y una mente calmada. Me gusta tener todo bajo control, por eso repito y repaso cada procedimiento en orden. No cualquier enfermero puede realizar esta labor; requiere años de estudio y una concentración total, a veces durante más de cinco horas seguidas. Un solo descuido podría costarle la vida al paciente».
En el hospital, ha recibido becas para capacitarse dentro y fuera del país. Recientemente, completó un diplomado en Colombia sobre la máquina ECMO, (Oxigenación por membrana extracorpórea), la que asiste a pacientes en UCI permitiendo que el corazón descanse, además de ofrecer otras funciones como diálisis y eliminación de toxinas. «Estudiamos cirugía, anestesia, terapia intensiva y más, durante 18 meses de entrenamiento continuo en el hospital», comenta.
Actualmente, Gonzalo es el coordinador y encargado del programa ECMO. Le gustaría seguir perfeccionándose en las áreas de pediatría y congénito, y además de continuar en la docencia, que disfruta profundamente. “Siento que soy bueno para enseñar”, dice, recordando sus experiencias como docente en la Universidad del Desarrollo y en la Universidad de Concepción.
«La UDD me preparó muy bien; sus ramos sello, como ética, liderazgo y responsabilidad pública, la distinguen de otras universidades. Me enseñaron a ser ético en mi trabajo y me dieron muchas herramientas para desarrollarme como líder. Han egresado excelentes profesionales, y lo veo en mis compañeros”. La beca que le otorgó la Universidad del Desarrollo la considera la clave en su carrera, ya que abrió horizontes y le permitió conocer el perfusionismo, trabajo que hoy ejerce con orgullo.
A lo largo de mi formación, recibí valiosos consejos de personas como Solange Rivas, directora de carrera; la profesora Maritza Morales. Todas dejaron una huella importante en mi desarrollo profesional.
Debido a sus responsabilidades en el hospital, no ha logrado coincidir con actividades realizadas en la Universidad, pero espera hacerlo este año. “Sigo en contacto con varios profesores. Hace poco, compartí que fui parte del equipo que realizó el primer doble trasplante en Chile, corazón y riñón, en el hospital regional, muchos profesores me llamaron para felicitarme. Eso me hace sentir muy orgulloso».
Entrevista: Realizada por Periodista Verónica Cid Albornoz
Edición: Alumni UDD
Fotografías: Enviadas por el entrevistado.