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Historias Alumni UDD

«Me hace feliz dedicar mi desarrollo profesional a la formación de estudiantes» – Carola Contesse, Arquitecto UDD

Carola Contesse Strauss, Arquitecto y graduada del Magíster en Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo. Actualmente se desempeña como directora de Docencia de Pregrado en la Universidad del Desarrollo, sede Santiago. Además, es docente en la Facultad de Arquitectura, donde imparte el taller de primer año. Asimismo, en el Magíster en Políticas Públicas de la Facultad de Gobierno, tiene a su cargo el curso “Calidad de vida y políticas de ciudad”.

Carola ha desarrollado una destacada carrera de más de 25 años en gestión académica y docencia, la que ha impactado invaluablemente a profesores, alumnos y profesionales de nuestra Universidad del Desarrollo.  

Inició su carrera en la Facultad de Arquitectura como Coordinadora de Admisión Académica, posteriormente asumió el cargo de directora de la carrera de Arquitectura, y desde 2020 se desempeña como directora de Docencia en la Vicerrectoría de Pregrado. “Lo que más me gusta de mi trabajo es la posibilidad de combinar roles, no quedarme en una sola tarea. Soy muy inquieta, y me hace feliz dedicar mi desarrollo profesional a la formación de estudiantes, alternando mi tiempo entre la gestión del proceso formativo y las clases”. 

Para ella, una de las experiencias más gratificantes es presenciar la transformación de los estudiantes a lo largo de su paso por la Universidad. “Es fascinante ver cómo evolucionan desde el primer año hasta su titulación. Hay quienes llegan con inseguridades, dificultades o desafíos, o sin ser plenamente conscientes del gran potencial que tienen por delante. Verlos madurar, crecer y desarrollarse es realmente gratificante”. 

Formar parte de la Vicerrectoría y trabajar en equipo ha sido un desafío enriquecedor declara Carola, el que combina con actividades en su vida personal que le apasionan, como la pintura y el cuidado de sus plantas. Siempre está en busca de nuevos proyectos, convencida de que la creatividad puede manifestarse en cualquier ámbito y que estas diferentes expresiones complementan su vida. 

Una de las preocupaciones de esta arquitecto UDD, es que los espacios impacten de manera positiva en el aprendizaje y la experiencia educativa. “Siempre hay que ponerse en el lugar del alumno, ellos son quienes finalmente vivirán la experiencia”, afirma. Sostiene que los espacios no deberían diseñarse de forma desvinculada de las necesidades reales de los usuarios, una premisa que considera aplicable a cualquier ámbito donde se desarrolla la vida. Para ella, esta lógica también es clave en las políticas públicas, las cuales no deberían implementarse sin considerar a quiénes están dirigidas ni cómo impactarán en sus vidas. “No contemplar estos aspectos puede convertir los espacios o las políticas públicas en un problema, en lugar de ser una solución. A mi parecer, el estudiante es el protagonista de ese espacio, y hay que pensar en ellos”, concluye. 

Esta alumni UDD considera que los avances tecnológicos son una herramienta valiosa para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje, aunque no un fin en sí mismos. Para ella, la experiencia humana en el aula es insustituible, y la interacción entre profesores y alumnos es invaluable. “Creo que la tecnología es un mecanismo para facilitar este proceso, pero nunca podrá reemplazar esa experiencia vivida”, asegura. 

En 2014, decidió continuar su formación académica y optó por un postgrado en una disciplina complementaria a la arquitectura: Políticas Públicas, un campo que siempre le había interesado. “En la UDD, creamos un curso interdisciplinario sobre ‘Calidad de vida y políticas de ciudad’, y a medida que lo desarrollábamos, logramos que los alumnos comprendieran que las ciudades son un lienzo en blanco donde se implementan todas las políticas públicas: vivienda, educación, salud, etc. Si no entendemos esta dinámica, las políticas no funcionan”, explica. 
Destaca que vivir en comunidad implica no solo tener demandas, sino también asumir responsabilidades para mejorar la calidad de vida. En este contexto, la sustentabilidad juega un rol clave. “Todos tenemos un papel que cumplir para hacer de nuestra ciudad un mejor lugar para vivir”, concluye. 

La sustentabilidad es un tema fundamental que trasciende todas las actividades diarias. Carola está convencida de que su aplicación en la vida cotidiana se ha convertido en un deber ineludible. Afirma que la sustentabilidad es un concepto circular: “Lo que hacemos aquí impacta a otros en distintas partes del mundo. En este tema, estamos todos involucrados”. Destaca además el interés y la proactividad de los estudiantes, quienes exigen que esta perspectiva se integre desde el inicio de la carrera. “Ellos no son pasivos frente a este tema, al contrario, nos piden incorporar la sustentabilidad en nuestra metodología, en los programas académicos y en los proyectos educativos”, asegura. 

Carola no se define necesariamente por perseguir logros ambiciosos a largo plazo, sino por su compromiso con la excelencia en cada tarea que realiza. “Mi ambición no está en alcanzar grandes objetivos, sino en levantarme cada día motivada para dar lo mejor de mí, cumplir mis responsabilidades de la mejor manera posible y mantener una buena relación con quienes trabajo y comparto diariamente”, explica. 
Encuentra felicidad en su familia, en sus hijos, en la pintura y en el tiempo que dedica a su jardín. Más que fijarse metas concretas, su propósito es ser la mejor versión de sí misma en cada ámbito de su vida, logrando al final del día la satisfacción de un trabajo bien hecho y una vida plena. 

Aunque esta alumni ya no ejerce como arquitecta en el sentido tradicional, dedica todo su tiempo al trabajo académico, donde encuentra oportunidades para expresar su creatividad. “Mis compañeros siempre me dicen que se nota mi veta arquitectónica en todo lo que hago. Soy creativa al pensar en los procesos y al reformular programas; es algo que forma parte de mí”, comenta. 
Considera que la arquitectura sigue siendo esencial en su vida diaria, aunque de una manera distinta. “Es mi carrera, y la aplico constantemente; lo veo reflejado en cómo otros lo perciben”, afirma. 

Al ser consultada sobre qué consejo daría a los estudiantes interesados en incorporar el arte a la arquitectura, Carola destaca la importancia de romper los límites disciplinarios. Esta permeabilidad permite alcanzar objetivos más ricos. “Probablemente mi trabajo no tendría el mismo valor sin esta mirada. Me permite ver los problemas desde otro ángulo, lo cual es valioso al trabajar con otros. Aprender a trabajar desde una perspectiva diferente nos lleva a hacernos preguntas más interesantes y esperar respuestas a su altura”. 

Las acuarelas de esta artista se caracterizan por no seguir patrones ni directrices fijas, sino buscar la belleza en la composición del color y la línea. “Nunca me atreví a pintar, pero el año pasado invité a una acuarelista a mi taller para enseñar a mis alumnos. Fue entonces cuando me pregunté, ¿por qué no lo intento? Quería superar el temor de creer que no podía, algo que siempre quise hacer desde el colegio”. 
Descubrió que era un mundo que le encantaba, en el que podía expresarse desde las emociones, más que desde el razonamiento lógico. Comenzó pintando con acuarelas de sus hijos que encontró en su casa. Para ella, ha sido una oportunidad de crecimiento. Siente que es algo muy personal y único. Le dicen que sus obras tienen un carácter muy propio, pues se deja llevar por el proceso creativo. Aunque ve una lógica arquitectónica en su trabajo, especialmente cuando observa sus pinturas a distancia, considera que en el momento de pintar se conectan más con la emoción. 

Para esta alumni, la UDD le brindó innumerables oportunidades en todos los aspectos. “Fui parte de la primera generación de arquitectos de la UDD en Concepción y confié en ese proyecto educativo porque las personas en la universidad eran realmente extraordinarias. Fue una excelente decisión estudiar aquí”. Tuvo dos grandes profesores motivadores en su vida. En primer año, Carlos Márquez, de quien recibió una formación académica sólida. “Él me enseñó cómo conducir una carrera docente y siempre me dijo que tenía aptitudes para ello”, y en cuarto año, Humberto Eliash, un destacado arquitecto, acuarelista y pensador. Humberto la ayudó a reflexionar sobre el espesor y el contenido de los proyectos, enseñándole que los procesos debían ser profundamente reflexivos. Agradece sus consejos, los aplica en su trabajo y los transmite a sus alumnos. 

Entrevista: Realizada por Periodista Verónica Cid Albornoz
Edición: Alumni UDD
Fotografías: Sacadas por Periodista Verónica Cid Albornoz

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