Constance Schürch, Diseñadora en ambientes y objetos UDD, Fundadora de Constance Schürch Jewellery, ubicado en Florencia, Italia.
Constance se describe como una persona minuciosa y comprometida. Cuando un cliente le encomienda una joya se dedica 100% al encargo que le solicitan. Sus joyas son exclusivas, es un proceso de creación que aborda con dedicación, humildad y agradecimiento. Tiene un alto compromiso con sigo misma de mejorar cada día. Alcanzar el “Bello e ben fatto”, “como se dice acá en Italia, un producto bello, que por su manufactura de alta calidad, permanece en el tiempo”.
Cuando era pequeña pasaba sus veranos en el campo familiar, jugando con la naturaleza, observando, tocando insectos muy pequeños y creando mini mundos de fantasía. “Hoy veo con mucha claridad, que ese fue el inicio del amor a mi trabajo. Me inspira la naturaleza, porque es una gran maestra que no se equivoca”.
Para esta diseñadora el aprendizaje es continuo. “Cada proyecto comienza como un desafío, porque son piezas únicas, y siempre lo tomo como una oportunidad de aprendizaje. Aún recuerdo cuando un profesor me dijo que al menos se necesitaban diez años para hacer un trabajo “adecuado” en este oficio, y con el tiempo me ha dado cuenta de que él tenía toda la razón. Ya voy en nueve, y afirmo que es un camino de exploración que no termina jamás y no hay forma de acortar los tiempos, la experiencia, el aprendizaje, el caerte y levantarse sola son necesario para entender el comportamiento del metal”.
Mientras trabajaba en la Cámara Chileno – Alemana de Comercio, ganó una beca italiana a través de un concurso de arte y diseño, donde postuló con un collar de cobre, representando a Chile. En ese minuto decidió irse a vivir a Florencia, Italia, junto a Gonzalo Vilicic Thomsen, también diseñador UDD, con el que se casó hace dos años. Juntos trabajan a la par en su “Studio”, que se encuentra en “Casa de los Orfebres de Florencia”, que es un palacio exconvento ubicado en el centro de esta ciudad histórica, que originalmente estaba a cargo de la familia Medici el siglo XVI, y quienes trajeron a los joyeros a habitar el lugar. “Es un espacio increíble y es una oportunidad única poder mostrar tu trabajo a otros colegas y recibir retroalimentación de su parte”. Para trabajar en este lugar, les pidieron muchos requisitos, incluso recomendaciones de maestros conocidos del lugar.
El camino ha sido cuesta arriba, una gran batalla, pero el sueño era tan importante y la convicción tan profunda, que juntos perseveraron. “Cuando se cumplieron los 8 meses de la beca, decidimos permanecer en Italia, sentía que, si nos íbamos, cortaría el hilo conductor que me había costado tanto encontrar. El mayor problema es que no tenemos pasaporte europeo, por lo que tuvimos que realizar trabajos paralelos.” Así fue como se convirtió en asistente del Máster de joyería. Hacer clases fue algo natural, ya que las diversas ayudantías que realizó en la UDD, le permitieron tomas esta tarea con naturalidad.
En Italia el standard en joyería es muy alto. La mayoría de los orfebres reconocidos, son hombres y mayores, y como son muy buenos en lo que hacen, suelen ser muy críticos. Es un círculo cerrado y selecto. Hay un respeto gigante al oficio y es un largo camino. “Eres tú sola en tu banco de joyería, haciendo magia con tus manos, que te trae muchas alegrías, pero a veces también mucha preocupación y frustración”. Tuvo la suerte de estudiar y asistir a grandes orfebres en Florencia, con la antigua y dura formación, maestros que ya estaban a punto de jubilar. Uno le enseñó a grabar, con otro engastaba piedras y un tercero la formó en estructura. Así ella pudo acercarse a las diferentes técnicas desde la mirada honesta y apasionada trasmitida por generaciones.
Constance nos comenta que el tema burocrático en este oficio es sumamente complejo y los impuestos son altísimos. Tras un largo camino, en el 2023, le concedieron su marca personal de certificación de metales preciosos, tras cumplir unos requisitos formales, lo que da legalmente la autenticidad de proveniencia de sus joyas, 100 % creadas en Italia. Para eso ha tenido que trabajar muy duro, pero superar estos baches la ha ido motivado aún más. “Cuando tuvimos esta idea,más de uno nos desmotivó, pero siempre ha ganado la convicción y el trabajo arduo”.
Esta diseñadora UDD siente que la formación que le entregó la carrera le ha permitido destacarse frente a los artesanos de muy alto nivel que viven en Florencia. Comenzando por la conceptualización de su trabajo, los dibujos, láminas, el cómo se comunica con el cliente. Siempre le llamaron la atención los objetos, hizo ayudantía en ocho ramos relacionado con esto. “Yo siempre estaba con mis herramientas y el overol trabajando. El diseño me confirmó lo mucho que me gusta trabajar con las manos, herramientas y materiales. Luego, cuando trabajé en ProChile durante cuatro años, diseñando y gestionando las ferias internacionales, y posteriormente mi cargo en la Cámara Chileno-Alemana de Comercio fueron experiencias que van llenando una mochila de diversos conocimientos, y eso me lo traje a Italia y lo aplico lo mejor que puedo en mi trabajo de hoy”.
“Yo voy por la calidad, no por la cantidad. El conectar con la otra persona, y entender cuál es su sueño que quisiera materializar es mi motor. Yo soy el medio para volverlo una joya”.
Constance se puede demorar meses (dos a tres) en un proyecto, “lo bueno necesita tiempo, esa es mi filosofía de hacer y de vivir”. Cada pieza se lleva una parte de ella, y se preocupa de todos los detalles de creación, elaboración y empaque. Necesita entender quién portará esta joya, cómo son sus manos y qué hacen, cuáles son sus preferencias y elementos que luego plasmará en un objeto con significado personal y de excelente calidad. “Hago los dibujos a mano, la caja para ser enviado con papel Florentino y lacre, hago todo a la antigua, es lento, pero es demasiado satisfactorio”.
Gran parte de sus piezas, son estructuralmente complejas, de muchas piezas y partes, la proyección previa tiene que ser muy específica. “La precisión es importantísima y para mí es un desafío constante, porque si bien soy perfeccionista, a la vez soy muy libre. Cuando trabajas en milímetros, no hay margen de error. Un proyecto debe comenzar bien desde un inicio, o si no inviertes más tiempo solucionando errores. Eso me ha enseñado la experiencia”.
Ahora comienzo a preparar mi página web, porque todo este tiempo me enfoqué en la técnica, y hoy me siento más preparada para abrirme camino en otras cosas. Al ver que mi producto ya ha alcanzado ciertos estándares, puedo fijas otros objetivos. Por ejemplo, llegar al target que aprecia las obras únicas. Hoy es tiempo de empezar a tomar las estrategias justas para poder alcanzar las nuevas metas.
Para Constance la UDD, la preparó en la presentación de proyectos y conceptualización de ideas, el cómo vender su propuesta a un cliente y presentar su proyecto de una forma atractiva visualmente. “Ese es uno de mis elementos diferenciadores, la Customer Experience.”
Recuerda con mucho cariño a profesores de la UDD; a Günther Abel, a quien asistió como ayudante en los ramos de Objetos y Materiales; Paloma Díaz Mercado e Ian Tidy quienes la guiaron en el taller que llevó adelante el proyecto “Fragmento” mueble ganador del concurso de diseño “Casa Mía” de Fernando Mayer, “con esa experiencia crecí un montón”.
Sigue las noticias y novedades a través de las redes sociales de la UDD. El año pasado las directoras de la carrera de diseño, María José Williamson y Natalia Yáñez, pasaron a conocer su taller. “Fue muy especial volver a conectar después de tanto tiempo”.
Hasta ahora su trabajo ha sido sólo a pedido, por lo que no mantiene stock. A futuro le encantaría confeccionar colecciones para poder exponerlas en ferias en Europa. A las cuales ha sido invitada en más de una ocasión. “Quiero seguir adelante, porque mejorar es la peyorativa del ser humano y sé que me la puedo. Estoy contenta, me siento realizada y agradecida de todo”.
Entrevista: Realizada por Periodista Verónica Cid Albornoz
Edición: Alumni UDD
Fotografías: Enviadas por la entrevistada