Gianluca Dapelo Valenzuela, Ingeniero Comercial UDD. Vive en el Lago de Garda, Italia y trabaja en la fábrica de armas Pietro Beretta, empresa familiar que cumplirá 500 años en 2026, una de las más antiguas del mundo que ha tenido clientes desde Napoleón Bonaparte hasta Sylvester Stallone.  

«Estoy encargado de un proyecto tecnológico de integración IoT, y scouting para deportistas ISSF (International Shooting Sport Federation). Donde tengo que ir siguiendo el mundo del deporte, estar actualizado con las políticas de deporte, las organizaciones deportivas, con los atletas y vamos haciendo patrocinio. Así hacemos visible nuestra marca, a través de ellos y sus logros competitivos».

A nivel de empresa sus mayores desafíos han sido los culturales. «En las empresas que trabajé en Chile, la cultura de trabajo es bien determinada. Tu pides algo y eso es lo que se te entrega. En ese aspecto fue muy distinto llegar a un mundo donde todo se da más lento, donde hay más poesía en el ambiente, más reuniones, tomar más cafés, donde se habla con al menos tres intermediarios para decidir. Tiene que ver con que esta empresa es muy grande, con una cultura diferente, donde trabajan más de 800 empleados en Italia y 3.000 a nivel internacional. Es todo un elefante que cuesta mucho moverlo». 

«Por muy ingeniero que fuera, cuando notaba que mis colegas ya no hablaban el italiano, sino en dialectos, sentía que me estaban dejando fuera del círculo de trabajo». Entonces aprendió dialectos, para así ser incluido y tener el respeto de las personas que trabajan con él. Dapelo menciona que no existe libro o curso donde aprenderlo, pero que “ya se maneja”. 

«Yo siempre apunto alto, en la empresa me gustaría tener un cargo de dirección o consultoría, lograr crear algo en conjunto, porque cuando hablas de una organización tan histórica los niveles de competencia son bien altos». El primer proyecto en el que participó fue una muy buena carta de presentación, lograron cumplir todo muy bien, sobre todo en el aspecto técnico. Cree que ser Ingeniero Comercial entrega muchas herramientas y cómo sacarles el jugo en el trabajo. 

Le interesa mucho el área de recursos humanos, debido a que impacta a la empresa y a las personas que trabajan en ella, «es primordial poner en balance los números y las personas donde todo fluya, no solo en beneficio de la empresa si no, que en el bien común». 

«Soy definitivamente testarudo cuando me fijo una meta, es difícil sacarla de mi cabeza. Me gusta mucho planificarme, organizarme, me predispongo y trabajo para que se hagan realidad, ya sean metas a mediano o corto plazo, las voy ajustando para lograr concretarlas». 

Fue seleccionado chileno en tiro al vuelo. Este penquista dice que le encanta lucir los colores chilenos en su camiseta, pero que por diversas razones esta vez no pudo estar presente como deportista en los Panamericanos Santiago 2023.

«Mi mayor logro como deportista depende del prisma con que lo mires, si reduzco todos mis éxitos sólo a tres, te diría que el primero fue la final a nivel panamericano, la cual me permitió tomar decisiones, de decir soy bueno, me la juego o no». 

Renunció a su trabajo e invirtió sus ahorros en entrenar a tiempo completo, fue entonces cuando se trasladó a Italia. «Aquí se compite en un nivel más alto y estando acá, gané un gran premio “Fiocchi Day”, que es el nombre de los cartuchos de municiones más importantes del mundo, aparecí en los diarios aquí en Italia y eso me hizo conocido y me facilitó la entrada a Beretta. Después logré un séptimo lugar en copa del mundo. La que más me gustó, obviamente fue la tercera, por su importancia, pero las otras dos tuvieron un gran impacto, en mi vida, en mi desarrollo personal y profesional, porque aprendí mucho de todas estas competencias».

«Siempre es bueno mantener un contacto con la universidad para enterarte que hacen tus pares, de ver si puedes dar una mano, juntar fuerzas y al final de cuentas aprovechar los contactos es beneficioso para todos».

«Lo del espíritu emprendedor se cumple en la UDD» recuerda con mucho cariño que siempre encontró puertas abiertas, valiosos consejos y guía. «Un gran apoyo fue Juan Carlos Contreras, de la Facultad de Economía y Negocios. Su clase me enseñó a entender los problemas y encontrar las soluciones”. 

Recuerda la vez que junto a sus compañeros se adjudicaron un proyecto, y con el apoyo de la Universidad lo completaron. «Lo desarrollamos lo mejor que pudimos, pero fue un desastre». Explica que la Universidad les dio la tranquilidad de que el proyecto era parte del aprendizaje, que no necesariamente buscaban el éxito. Les permitieron experimentar para aprender de los errores. «Es un super buen recuerdo que me dio la fuerza de tirarme un piscinazo, aprendí mucho, porque lo importante es tratar». 

Entrevista: Realizada por Periodista Verónica Cid Albornoz  
Fotografías: Enviadas por el entrevistado