Macarena Lorimer Ávalos, Psicóloga de la Universidad del Desarrollo, con Postítulo en Terapia Breve Estratégica en MIP (Centro de Entrenamiento en Psicoterapia y Coaching).
Cuando terminó el colegio, Macarena no tenía claridad sobre qué estudiar. Sin embargo, al postular a la UDD, recibió una orientación vocacional. Tras rendir varias pruebas, descubrió que su vocación era la psicología, una opción que hasta ese momento ni siquiera había considerado. “Desde el primer día de clases me di cuenta de que había tomado la mejor decisión”, recuerda con una sonrisa.
Hoy, esta alumni UDD lleva doce años trabajando en el Colegio Lincoln International Academy sede Lo Barnechea, donde desde hace dos años lidera como Jefa del Departamento de Apoyo Integral. Además, continúa atendiendo como psicóloga a los estudiantes de Play Group a segundo básico.
Junto a su equipo, desarrolla actividades para estudiantes y apoderados relacionadas con convivencia escolar, prevención del suicidio, fomento de hábitos saludables y apoyo socioemocional. “Somos un semillero que va plantando ayuda emocional por todo el colegio, colaborando con todos los departamentos”, explica.
Macarena transmite una gran alegría y entusiasmo al hablar de su trabajo. “He crecido y madurado mucho a lo largo del camino”. Nos comenta que con los años ha aprendido a tomar decisiones con más calma, y eso la ayuda a equivocarse menos. “Ser psicóloga es muy lindo, sobre todo cuando trabajas con niños, que son mi adoración”. Pero también es un desafío no involucrarse emocionalmente con el dolor de los niños y sus familias. Su labor es centrarse en buscar soluciones y promover su bienestar.
Destaca la importancia de la actualización constante y de entender los contextos generacionales de cada grupo de estudiantes. “La generación de la pandemia nos marcó como sociedad. Muchos niños regresaron al colegio más ansiosos, flotantes, con menor tolerancia a la frustración”. Nos menciona que se han tenido que adaptar, ajustar enfoques y perfeccionar intervenciones. Los motivos de consulta son variados, desde temas sensoriales y rasgos TEA, hasta simplemente la necesidad de ser escuchados. Por eso es clave especializarse para llegar de la mejor manera a cada alumno y familia.
Macarena valora que hoy las familias estén más conectadas con las emociones de sus hijos. “Los padres actuales tienen más herramientas socioemocionales, leen mejor lo que les pasa a sus hijos y tienen una línea clara en torno a la parentalidad positiva. Pero también acuden mucho a nosotras buscando consejos para saber dónde poner límites. Antes los niños hacían lo que los padres decían, y punto. Hoy eso ha cambiado”.
Recientemente realizaron una actividad entre padres e hijos sobre comunicación, enfocada en mantener espacios de conversación de calidad. “Al final de la actividad regalamos un porotito con algodón húmedo dentro de un vaso, como símbolo del cuidado y cultivo que requiere la comunicación”.
Sobre su experiencia en el colegio, afirma con emoción: “Uno de los regalos más grandes de mi vida ha sido llegar a este lugar. Trabajar con los más chiquititos me llena de felicidad”. Nos comenta que cree en que, si uno los nutre, los abraza y los aconseja, pueden llegar a ser personas muy completas, empáticas y generadoras de cambios positivos para la sociedad.
“La felicidad es el motor de todo”
Hoy, Lincoln International Academy es el primer colegio en Chile en impartir el modelo educativo finlandés junto con el programa del Diploma del Bachillerato Internacional (IB). Macarena destaca el valor de este enfoque. “Buscamos que los niños disfruten aprendiendo a través de experiencias. Que se sienten en el suelo, jueguen en el jardín, exploren, que aprendan por curiosidad. El objetivo es que el aprendizaje se tome con gusto, y no como una clase estática frente a un pizarrón. El motor de todo esto es la felicidad”.
Implementar este cambio ha sido un desafío, ya que romper esquemas no siempre es fácil. “Algunos prefieren estructuras más rígidas, pero este proceso tiene una base muy bien pensada. Se trata de volver a las raíces: que anden descalzos, jueguen a la tiendita o al doctor. Volver a lo natural”. Otro reto ha sido encontrar el equilibrio frente al uso de pantallas. “Los niños se desarrollan a través del contacto, de la mirada”. Hoy muchos viven en su mundo virtual. Por eso está tan en auge la terapia ocupacional, que ayuda a los niños a volver a lo sensorial, a lo natural, a ensuciarse, a vivir la infancia con libertad.
Macarena se declara fan de la Universidad y orgullosa de la formación que recibió. “Tuvimos profesores de lujo, como Teresita Serrano, que hoy es decana. Nos comenta que la Universidad transmitía no solo conocimientos formales, sino también habilidades blandas, empoderamiento y garra.
“… la práctica profesional me entregó herramientas sólidas para salir bien preparada al mundo laboral”.
Entre las experiencias que más la marcaron están las clases en terreno. “Nos llevaban al psiquiátrico del Hospital Salvador, donde el doctor Ramón Florenzano nos presentaba pacientes voluntarios para que los escucháramos y estudiáramos sus casos”. También recuerda con especial afecto a la profesora Eti Rapaport, de la asignatura “Personalidad”. “Era una profesora excelente, muy didáctica y clara”.
Su práctica profesional la realizó en el Servicio de Psicología Integral (SPI) de la Universidad, atendiendo tanto a alumnos como a personas de la comuna. “Fue una experiencia muy cuidada, con preparación y supervisión constante. Me entregó herramientas sólidas para salir bien preparada al mundo laboral”.
Macarena mantiene su vínculo con la UDD. “Siempre que puedo voy a los eventos, como el encuentro de Alumni, ReVive UDD. Y hace poco asistí con mi equipo a una charla de Jaime Alfaro y me sentí feliz, cómoda y orgullosa de mi alma mater”.
Entrevista: Realizada por Periodista Verónica Cid Albornoz
Edición: Alumni UDD
Fotografías: Tomadas por la Periodista Verónica Cid Albornoz